19 octubre 2006

eucaliptos del castillo de santiago


El árbol como fuente de vida y paz
Por José Antonio Córdoba
escayolista

Cuenta la leyenda que los primeros Celtas, después de la larga peregrinación desde la India a Occidente, tomaron a los dioses como seres egoístas que habían abandonado a los hombres a su suerte. Entonces buscaron algo que fuese intermediario entre ellos y los dioses para que oyesen sus súplicas. Preguntaron al Sol y a la Luna, pero estos estaban demasiado lejos y sólo les preocupaba cumplir con su rutina diaria. Luego acudieron a los ríos, pero eran demasiado cambiantes, y al igual que el Sol y la Luna, seguían su curso pasase lo que pasase. Así que acudieron a las montañas, pero vieron que eran escabrosas, allí habitaban los lobos, los osos y las serpientes. Además en invierno las nieves y las nieblas los ocultaban de los hombres. Y, cuenta la leyenda, que cansados ya, dieron con los árboles. El árbol era el mediador más favorable, situado entre la tierra (donde se agarran sus raíces) y el cielo (a donde apuntan sus ramas). Fue este un gran factor para que el Mundo Celta se hiciese sedentario. No faltaron los árboles en Occidente. Se acostumbraron a vivir con ellos. En los árboles podían apoyar sus casas, el rebaño podía dormir a su sombra, los pájaros anidaban en él. Si daba frutos otorgaba bienestar. Era símbolo de vida. De esta manera, se plantaba un árbol para cada niño que nacía. Se convertía en el compañero y consejero durante toda la vida. Por ello, era normal que cada uno cuidase su árbol. Lo podaban, lo desparasitaban, lo cuidaban de las bestias. Pero la cosa no se quedaba allí. Se encargaban de adornarlo con flores y guirnaldas en los días de fiestas. Sin duda, el precedente de lo que hoy conocemos como árbol de navidad. El culto al árbol consistía en escuchar cuando el aire pasaba ululando por sus hojas. El devenir del árbol era profético para la persona. Cualquier mal que le sucediera acabaría ocurriéndole lo mismo al dueño. Un incendio, un rayo, un fuerte viento que lo resquebrajase, eran malos augurios. Por otro lado, si moría un niño, era enterrado bajo su árbol. Los adultos preferían habilitar el interior del tronco para ser enterrado con él, anticipando lo que hoy entendemos como ataúdes.

15 octubre 2006

algarrobo en la cuesta de la caridad





Uno de los algarrobos que han sido cortados en la Cuesta de la Caridad, aunque se puede apreciar que efectivamente era arriesgado dejarlo allí, ahora más que nunca debe de plantearse colocar árboles autoctonos, pongo como ejemplo los que hay en la barriada del Almendral. Posiblemente el Equipo de Gobierno o mejor dicho, la Delegación de Medio Ambiente, ni siquiera se le ha pasado por la cabeza transplantarlos a esta zona. También podemos encontrar Acacias Robivia pseudoacacia. (

04 octubre 2006

Acto de protesta, 1 de octubre


Protesta en las puertas del antiguo ayuntamiento (hoy biblioteca municipal), para reclamar menos ruidos, más carriles para bicis, y una ciudad con un plan de movilidad.
Gracias a tod@s, entre todos los ciudadanos podemos demandar una ciudad más saludable y ecológicamente sostenible.